Cuando acudimos al supermercado en busca de un aceite de oliva, lo más fácil es dar con cientos de productos que compiten en la misma categoría. ¿Cuál elegir cuando las identidades son muy similares? ¿El que nos ofrece la imagen de la clásica andaluza o bien el que tiene una iconografía con un olivo en primer plano o los campos como fondo?
Por lo general, es difícil es encontrar una identidad que rompa con los estándares acostumbrados en términos de diseño e identidad. Y finalmente, acabamos comprando por costumbre este commodity.
Rebranding de LOXA, unos códigos propios
La marca de aceite de oliva LOXA nace en la localidad de Loja, en Granada. El reto en el rediseño de la identidad de la marca ha sido tener presentes dos aspectos singulares.
Por un lado, ofrecer un vínculo visual con la larga tradición de esta cooperativa con más de 60 años de historia. Y por otro, conectar con las raíces del entorno del campo granadino.
Recuperación tipográfica
El logotipo de LOXA toma su inspiración de la rotulación mural de la fachada que data de los años 50 del siglo pasado. Un trabajo de recuperación tipográfica, para el que el equipo de Buenaventura ha contado con la diseñadora gráfica experta en tipografía, Ana Moliz.
Moliz diseñó un abecedario completo para la marca, mediante un completo trabajo de investigación. “No había ningún dato recogido de quién desarrolló esa rotulación, ni qué tipografía era”, explica Ramón Soler al frente de la dirección de arte del proyecto de rebranding.
Por tanto, había que buscar otro camino e investigar los posibles referentes tipográficos de la época. Paso a paso, el desarrollo de la fuente iba cobrando cuerpo y equilibrio mediante el análisis de los trazos, la definición de los rasgos, la aplicación de métricas para buscar el equilibrio y la armonía, la búsqueda de la modularidad y la geometría…
Un trabajo fino de investigación y de depuración de líneas. Por fin, el equipo vio que además de una marca, la nueva tipografía ofrecía un sistema con el que expresar las raíces de LOXA.
Dualidad de marca: juego de tipografías asociadas
Loxa es fruto de una dualidad. Por un lado, está la marca. Y por otro, están las familias que conforman la cooperativa. La narrativa visual tenía que poner de manifiesto esta dualidad. Con este fin, el equipo de diseño buscó una tipografía asociada que marcara ese contraste con los aires Decó de la tipografía LOXA. En este contexto, la familia Ivar era el complemento perfecto.
Ivar tiene una sólida construcción, es elegante y conecta con los gruesos de texto de mediados del siglo XX. Los trazos romanos de Ivar, junto a la fuente sans serif de LOXA, manifestaban un equilibrio sofisticado y contemporáneo.
Este juego tipográfico es el que permite aplicar un sistema lógico y coherente en las diferentes comunicaciones de la marca. Un factor que cobraba gran importancia, ya que servía como base para aplicar la arquitectura de marca.
Cromatismo natural
La paleta cromática es un tributo al paisaje del Poniente Granadino. Verdes, marrones, azules sobre el blanco encalado de las fachadas de las casas ofrecen una conexión con la naturaleza y la tradición con la que jugar y anclar la historia de LOXA a nivel gráfico.
Los colores, llenos de simbolismo, sirven para crear un sistema visual flexible y dinámico, con un código propio y que puede crecer según las necesidades de la gama.
Familia LOXA: Envero
La conceptualización de este sistema visual flexible, permite a la marca crecer como familia. Es el caso de LOXA Envero; un aceite de oliva virgen extra obtenido exclusivamente al inicio de cada campaña, cuando la aceitunas todavía están verdes e iniciando el proceso de maduración, de ahí el nombre “envero”.
En el desarrollo la identidad de esta submarca, Buenaventura se apoya en los tres colores protagonistas del proceso de maduración (verde, morado y negro) para codificar los 3 productos de la gama (ecológico, hojiblanca y picual).
Además, en un claro homenaje al olivo y para vertebrar la gama cuenta con la ilustración de Vanesa Zafra para representar el árbol sin fruto, ya que este va en el interior.
Si vemos todo el proyecto en conjunto, descubrimos que LOXA no es un logotipo. La marca es una suma de muchos factores que enriquecen este sistema visual, para dotarlo de un carácter único, intransferible.
La tipografía y la paleta cromática de LOXA responden a la idiosincrasia y la singularidad de la marca; a la que dotan de una voz contemporánea y elegante, pero que al mismo tiempo bebe de la tradición. De esta manera, en un mundo homogeneizado, LOXA compite con una voz enraizada, diferencial y una narrativa propia.
La entrada ¿Romper los estándares clásicos en las marcas de aceite de oliva? El caso LOXA se publicó primero en Brandemia.
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